WD My Cloud, almacenamiento en la nube

Llevo una semanas usando uno de los modelos My Cloud de disco duro en la nube o NAS (Network Attached Storage), the Western Digital. En el post de hoy, os traigo mis impresiones.

Antes de nada, una breve introducción a «la nube». Últimamente está muy de moda lo de colgar cosas «en la nube». ¿Qué es eso de la nube? El llamado cloud computing consiste en acceder a los recursos de un sistema informático a través de internet, de modo que el equipo que procesa o almacena los datos no es el del usuario, sino un servidor de internet. De ese modo, el equipo del usuario no precisa de gran capacidad de procesamiento o almacenamiento, sino de un simple navegador o aplicación capaz de «leer» el archivo que el servidor devuelve. 

Hoy por hoy, el servicio en la nube más conocido y extendido es el almacenamiento en la nube. Dropbox, iCloud o Google Drive son los más conocidos, y ofrecen toda una serie de niveles de almacenamiento, de acuerdo con lo que el usuario esté dispuesto a pagar. Si bien se trata de opciones a tener en cuenta, en mi opinión la solución más eficaz es la de configurar un servidor NAS, lo cual nos da la oportunidad de montar nuestra nube privada… ¡en casa!

WD My Cloud

Hay diversas configuraciones, unas más complejas que otras, pero la empresa WD se ha propuesto llevar la experiencia de trabajar con NAS a los usuarios menos familiarizados con la configuración de redes y servidores. Buscando una opción sencilla, fácil de configurar y de utilizar por cualquiera, hace poco me he decidido por el WD My Cloud de 3TB (los hay también de 1, 2, 4, 6 y hasta 8 TB) para compartir archivos con mi familia. 

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Su instalación es tan fácil como conectarlo por Ethernet al router, conectarlo a la corriente, y bajar el software de configuración proporcionado por WD en su página web. Al instalar el software se instala también automáticamente la aplicación que vamos a necesitar, así como un acceso directo a un simple panel de control para manejar el espacio disponible y el acceso y privacidad de los diferentes usuarios a la red. 

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Desde este panel de control crearemos los usuarios, sus carpetas personales, y estableceremos los permisos de las mismas, dándoles los que creamos convenientes (públicos o privados para cada usuario). La interfaz es muy intuitiva y no tiene pérdida.

Ya sólo queda que cada usuario descargue las aplicaciones para manejarlo en los dispositivos que quiera tener conectados (ordenadores, tablets y móviles) y que el administrador dé los permisos de acceso a cada dispositivo, a través de unos códigos que obtenemos del panel de control (pestaña «acceso a la nube») y que debemos introducir a través de la aplicación de cada nuevo dispositivo que queramos conectar a la red. 

My Cloud App

La aplicación My Cloud app sigue un simple sistema de carpetas ramificadas. Para copiar archivos basta con arrastrarlos a la sección de la derecha, que es donde se muestra el contenido de la carpeta que tenemos seleccionada. En iOS tan sólo debemos pulsar sobre el símbolo del cuadrado con la flecha, abriéndose un menú donde podremos seleccionar My cloud como la aplicación de destino. 

Por otro lado, los televisores «smart tv», con conexión a internet, pueden conectarse también a My Cloud si se encuentran conectados a la misma red local. Usando el mismo sistema de carpetas ramificadas, podemos acceder al contenido audiovisual que tengamos almacenado desde el televisor.

Precio

En cuanto al precio, el rango varía dependiendo del tamaño del disco, empezando a partir de los 100-110 € para el de 1TB, hasta los 350€ para el de 6TB. Hay otros modelos más caros y con más prestaciones, ofreciendo por ejemplo varias bahías para configurar discos en RAID, etc., que puede que interesen a los usuarios más avanzados. Personalmente, la versión simple de 3TB ofrece cantidad de espacio y no se sale demasiado de presupuesto, teniendo en cuenta las comodidades que ofrece su uso tanto en la red doméstica como cuando estamos «on the go».  

Opinión

A mi juicio, se trata de una solución simple y eficaz para compartir archivos con otras personas, o para tener acceso a nuestros propios archivos desde cualquier parte. Nos brinda la oportunidad de mantener a salvo copias de seguridad de nuestros archivos más importantes, e incluso reproducirlos a través de la propia aplicación, siempre y cuando el tipo de archivo sea reconocido por el dispositivo que vaya a reproducirlo (y me refiero especialmente a los móviles y tablets, que sólo leen determinados formatos de video, por ejemplo).

Como detalle adicional, y que a mi me interesaba especialmente, si bien lo ideal es que los dispositivos se sincronicen con el servidor encontrándose en la misma red local, es posible sincronizarlo a través de internet desde cualquier parte del mundo, lo cual en nuestro caso es de especial utilidad para compartir archivos desde Londres con la familia en España. Evidentemente ello implica una reducción en la tasa de transferencia para quien no está conectado a la red local, que dependerá entre otros factores, de la velocidad de la conexión de la que dispongamos en el lugar donde estemos. Se trata de un detalle a tener en cuenta en caso de copiar archivos de gran tamaño como películas, o carpetas enteras de fotos. 

Dicho todo esto, estoy contento con la compra y lo recomendaría a cualquiera de mis amigos por su simple configuración y facilidad de uso.